EL RECORRIDO ESPACIAL COMO ELEMENTO
ARTICULADOR
Arquitectura como experiencia.
Arquitectura sensorial, propiciada desde el recorrido arquitectónico, desde las
sorpresas, los giros y los quiebres. Arquitectura como reto. Tanto las formas y
los espacios que contiene, como los tiempos, están llevados al límite.
‘La arquitectura se experimenta
deambulando y caminando a través de ella’. Le Corbusier, 1942
Secuencia de imágenes que se abre
ante los ojos del observador cuando avanza gradualmente a través del edificio.
Donde se imbrican espacios interiores y espacios exteriores. Recorrido continuo,
y totalmente accesible
Se pretende construir el espacio
arquitectónico mediante el movimiento. La “forma” de la edificación es la de su
recorrido y este recorrido es de carácter espacial.
El recorrido es uno de los
conceptos fundamentales para generar interés y calidad espacial.
El recorrido puede ser sugestivo si consideramos todas las formas de percepción humana, una mirada, una caminata pausada, un descanso momentáneo, una respiro profundo, son las formas más habituales de recorrer el espacio. La creatividad puede inducir además a que disfrutemos del entorno dentro de una “experiencia controlada”.
Recorrido espacial, cada situación
es descubierta en la experiencia dinámica del movimiento la experiencia del
recorrido ...la relación del hombre con la arquitectura es un hecho
fundamentalmente perceptivo, la arquitectura se experimenta a través de la
totalidad de los sentidos, no solo por la visión,y el logro de la satisfacción
humana debe ser uno de los fines del arquitecto...Geoffrey Broadbent
Tiempo y espacio son dimensiones
del mundo físico en el que vivimos, estamos tan ligados a ellos como la misma
piel por la que sentimos. De esta misma forma el tiempo y el espacio están
ligados a la arquitectura, como si esta fuera su piel; y nosotros los humanos
interactuamos con la arquitectura recorriendo el espacio, sintiéndolo,
transformándolo, y haciéndolo nuestro.
El recorrido se compone de un
tiempo para recorrerse que es propio de él y, por tanto, reclama de un espacio
en el cual se pueda –ese tiempo– constituir, medir y recoger.
El recorrido no es sólo el modo
como se deambula por un interior, sino también el modo por el cual se establece
la unidad de la obra de arquitectura con respecto a sí misma y su relación con
el exterior. El espacio del recorrido construido por la arquitectura es, en
este sentido, el espacio de lo mayor. Lo mayor como aquello que tiene capacidad
o potencia de representación de la totalidad de la obra. Lo mayor a su vez
contiene dentro de sí una suerte de sub-potencia que es de culminación. El
recorrido se decanta como tal, en el cuerpo, cuando alcanza un punto
culminante, en el cual, lo mayor es posible de contemplar (como un recorrido y
no una sucesión de vanos) a partir de una relación de longitudinales que
vinculan cercanía y lejanía, interior y exterior.
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